Fuerte impacto del coronavirus en el mercado del langostino
El langostino llegó al 2020 con el precio más bajo de su historia pero la situación se está agravando a partir de la propagación del coronavirus. China ha comenzado a suspender pedidos de productos como las colas de langostino destinadas a la reelaboración en sus plantas. Los empresarios argentinos advierten que el langostino de Rawson ya se ve muy afectado pero guardan esperanzas de poder mejorar la situación de los que tienen diversificada la producción, con las ventas a Europa del langostino congelado a bordo.
El vínculo de China con el mundo es muy importante y su aislamiento afecta a muchos países, algunos europeos como Alemania pero fundamentalmente a países emergentes de la región como el nuestro, Chile, Brasil y Ecuador, proveedores de materias primas y crudo en algunos casos. La situación, dicen los analistas internacionales, será mucho más grave que la vivida en 2003 cuando la actividad económica china tuvo pérdidas por 40.000 millones de dólares, como consecuencia del SARS (Sindrome Respiratorio Agudo Grave).
En aquel momento la relación de China con el mundo era diferente; entonces contribuía en la economía mundial un 3 por ciento y ahora lo hace en un 16 por ciento. Por lo tanto las secuelas que dejará el coronavirus serán mucho más profundas, según indican los expertos.
Para Argentina, China es un socio comercial muy importante en constante crecimiento. El año pasado las exportaciones llegaron a 7.000 millones de dólares, siendo la soja el producto más exportado; y del total de carnes vendidas al exterior en 2019, el 73% tuvo como destino el mercado chino. Si bien por volumen y divisas la pesca no es considerada por los medios nacionales, nadie en el sector desconoce la importancia de ese mercado, especialmente para el langostino.
China es para el crustáceo argentino el segundo mercado en importancia luego de España pero el primero en colas procesadas en tierra, siendo el mercado que absorbió gran parte del incremento en las capturas que se dio en nuestro país en los últimos años. Por tal motivo la suspensión de compras por parte del gigante asiático ya golpea fuerte al sector langostinero.
Uno de los mayores exportadores de colas de langostino a China confirmó ayer que tres importantes clientes, con los cuales tenía acuerdos comerciales de 10 contenedores cada uno, suspendió el envío. Aquellas cargas que ya estaban en viaje serían respetadas pero ante una temida reducción del consumo, que se cree será fenomenal, han decidido dejar suspendidas próximas importaciones hasta nuevo aviso.
Además, como consecuencia de la propagación del coronavirus, el gobierno chino decidió extender el feriado del año nuevo lunar y en algunas provincias recién ayer se retomó la actividad laboral pero con restricciones; y en centros productivos con gran aglomeración de personal se ha decidido mantener las actividades suspendidas por tiempo indeterminado.
Esto ha generado que el langostino de tierra que se procesa en Rawson en forma de colas sea el primero en recibir el impacto, no solo por la baja en el consumo sino porque los centros de reproceso han bajado su nivel de productividad o están directamente cerrados. “El afectado claramente hoy es el langostino que se procesa en Rawson, cuya demanda está cayéndose a pedazos”, confirmó un importante exportador desde el exterior.
El empresario relata que esta situación no se circunscribe exclusivamente a China, dado que también se han suspendido envío pautados a Japón y Singapur, que se mantienen en alerta y extreman las precauciones ante la aparición de casos locales, cerrando centros de producción.
El precio del langostino ya había llegado 15 días atrás a su valor histórico más bajo, comercializándose el entero de tierra L1 en 4,90 dólares y las colas a 8 dólares, pero estos valores parecen no haber tocado su piso. La epidemia podría arrastrarlos más abajo aún; su competidor, el vannamei de Ecuador, en los últimos días ha bajado a razón de 0,20 centavos de dólar por kilo y eso seguramente tendrá impacto sobre el nuestro, aunque sea salvaje y natural.
A los bajos precios internacionales y las altas retenciones impuestas por el gobierno nacional, se ha sumado el impacto del coronavirus golpeando fuerte al sector. La reducción del consumo, dicen, podría llevar a los productores a trabajar sin margen de ganancia o incluso a pérdida si China no logra controlar en el corto plazo el avance del virus.
Hoy las esperanzas están puestas en una reactivación del mercado europeo que demanda langostino congelado a bordo. En Argentina las cámaras ya se han vaciado y en España, luego de las buenas ventas que se dieron para Navidad, no quedaría mucho stock. Los comercializadores creen que la poca reserva que les queda terminará de consumirse en abril con motivo de la Semana Santa y se abrirá una puerta para la importación de nuestro langostino.
“De cara a la nueva temporada, dentro de lo pálido y malo que está todo, puede haber un poco más de consumo en Europa. Ya descontando que China comprará poco langostino, al menos saber que tenemos chance de vender el producto es positivo”, concluyó nuestra fuente.
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