En Vigo se habló del cambio climático y su efecto en la pesca
Del Congreso Internacional FAO-CONXEMAR celebrado ayer en Vigo, participaron más de 80 autoridades nacionales e internacionales de todos los continentes, entre ellas nueve ministros de Pesca, referentes académicos y empresarios que mostraron un panorama preocupante respecto del futuro de los océanos y el impacto que el cambio climático ya está generando en las pesquerías. Las consecuencias económicas fueron abordadas por especialistas de la OMC y de Banco Mundial, que mostraron preocupación por sus efectos en el futuro. Asia y África serían los más afectados, según las estimaciones que se han realizado.
“Los océanos absorben el 90% del calentamiento y el 50% de las emisiones de carbono a la atmósfera. Hay 24 zonas geográficas en las que se ha registrado un mayor calentamiento de sus aguas, una media de 1.48º C en los últimos 100 años” señaló John Pinnegar, director de Cambio Climático del CEFAS del Reino Unido, dando inicio a las ponencias. Puntualizó que uno de los efectos del cambio climático sobre las pesquerías “será la redistribución geográfica de los stocks pesqueros, que provocará un incremento de las capturas de entre el 30 y el 70% en latitudes altas y una reducción de más del 40% en los trópicos”.
A su turno Stefania Vannuccini, de FAO, en el mismo sentido confirmó las conclusiones de Pinnegar e indicó que se prevé que la biomasa pesquera disminuya en las zonas tropicales y que aumente en las áreas templadas. “Como consecuencia, la disponibilidad de productos pesqueros variará en función del cambio climático que se produzca en sus hábitats, afectando a la subsistencia de millones de personas que tienen la pesca como medio de vida”.
En todo el mundo se están produciendo cambios, son sorprendentes las observaciones sobre el desplazamiento de especies y las consecuencias que están teniendo en la industria. En notable como en algunas zonas se han producido explosiones de abundancia tal como ocurrió en los últimos años en nuestro país.
En las pesquerías del Atlántico norte, una de las 20 áreas en las que se está produciendo un mayor calentamiento de las aguas, según explicó Myron Peck, profesor de Oceanografía de la Universidad de Hamburgo, los estudios científicos con los que se cuenta han evidenciado que el 72% de las especies de esa área han mostrado una reacción en su comportamiento debido a los efectos del calentamiento de las aguas, así como un desplazamiento de la ubicación geográfica de los stocks pesqueros de entre 46 y 400 kilómetros.
“El calentamiento de las aguas ha provocado un incremento de hasta 10 veces en la abundancia de especies como el calamar en aguas del mar del norte, pasando de las 375 toneladas anuales a las 3.400 toneladas en 2013”, concluyó el académico.
Los efectos en la economía que tendrá el cambio climático y sus efectos en las pesquerías son alarmantes y se observó unanimidad en las voces que ayer se hicieron oír durante el congreso de la FAO.
El referente del Banco Mundial, Xavier Vincent, indicó que el sector podría sufrir una pérdida anual de entre 17.000 y 41.000 millones de dólares en valor de desembarque, lo que se traduciría en una pérdida de ingresos en los hogares de entre 4.000 y 6.000 millones de esa moneda.
“En 2016, el Banco Mundial publicó un estudio que señala que se necesitarían entre 419 y 1.025 millones de dólares en 2050 para compensar la pérdida de ingresos brutos en la industria pesquera”, concluyó el especialista.
Por su parte Simon Buckle, director de la División de Clima, Biodiversidad y Agua de la OCDE, señaló que según los análisis que se han realizado es probable que el cambio climático tenga consecuencias económicas negativas en casi todas las regiones del mundo, siendo África y Asia los continentes más afectados. “Si no se aplican nuevas políticas climáticas, los costes macroeconómicos serían de entre el 1% y el 3,3% del PIB mundial en 2060”, indicó.
Audun Lem, director adjunto de la División de Políticas y Recursos de la FAO, destacó que el impacto de cambio climático ya se está notando, que los desplazamientos de algunos stocks son muestran una tendencia “que va a ir a más en el futuro, lo que tendrá un impacto en las capturas y en el suministro y, por tanto, en el comercio”.
“En aquellos países en desarrollo en que sus ingresos dependen en gran medida de las exportaciones de productos pesqueros, podría tener un impacto muy negativo tanto en su economía como en el medio de subsistencia. Por todo ello es necesario implementar prácticas con base científica para tener ecosistemas saludables que sean capaces de adaptarse a los cambios”, concluyó.
La Organización Mundial del Comercio también prendió una luz de alarma. Aik Hoe Lim, director de la División de Comercio y Medio Ambiente de la organización, indicó que los cambios en la productividad de la pesca podrían “incrementar los costos para el sector extractivo, la industria y las comunidades dependientes del sector, reducir la disponibilidad de materia prima y restringir la actividad pesquera”.
“Todos estos factores contribuirán a un alza de los precios a medida que la demanda supere la oferta. Existen varias formas de combatir el cambio climático; entre ellas aplicar políticas de comercio sobre los aranceles que reduzcan significativamente el coste de las tecnologías de energías limpias y propiciar su expansión. Tenemos pruebas de que el comercio y la innovación en tecnologías verdes van de la mano”, aseguró.
La perspectiva empresaria
Durante la jornada representantes del sector empresarial expusieron sus experiencias y la gran mayoría marca lo mismo que los especialistas, el cambio migratorio de algunas especies y la disminución de otras.
Nicole Kimball, vicepresidenta de la Pacific Seafood Processors Association (PSPA), contó que la temperatura media registrada en el Mar de Bering en 2016 fue la más alta en los últimos 35 años y señaló que están observando cambios en algunas de las principales especies de Alaska, como pollock, salmón y cangrejo real.
Darío Alvites, director de Pesca del Comité de Consumo Humano Directo de la Sociedad Nacional de Industrias del Perú, señaló que el calentamiento de las aguas debido a El Niño trajo consigo el desplazamiento de las corrientes de agua fría, y con ellas, la migración de ciertas especies, como el potón y la anchoveta. A la vez indicó que los cambios que está sufriendo el ecosistema marino en Perú están provocando una menor abundancia de ciertas especies y la aparición de otras en caladeros que no eran los habituales.
Madodda Khumalo, de la compañía sudafricana Sea Harvest, contó que el incremento de la temperatura del agua en las costas este y oeste, así como la acidificación, con una menor concentración de oxígeno en el agua, tuvieron “un impacto inmediato en el ecosistiema”. La reducción del tamaño de las tallas del pescado y la migración de los stocks pesqueros a otras zonas que han impactado en la actividad de las empresas del sector en Sudáfrica, fueron algunos de los efectos que enumeró.
Obtenido de revistapuerto.com.ar