PESCA ARGENTINA

Argentina debe darle importancia al mar y a los recursos que provee

Tras su regreso de España a bordo del pesquero María Alejandra 1º, el Secretario General Jorge Frías dialogó con el periodista madrynense Esteban Gallo, contó características del flamante buque, ventajas y moderno equipamiento con que cuenta. Se refirió además a la necesidad de modificación de la política pesquera nacional, incluyendo la valorización del pescado como recurso económico, laboral y alimenticio; y anunció la pronta publicación de «Civilización y Barbarie en el Mar Argentino. Un grito desde el fondo del mar», el libro de la Asociación de Capitanes de Pesca y el CESMAr que va a atender la capacitación y formación de los trabajadores de a bordo.

Tras veinte días de navegación, desde el Astillero Armón Burela (España) hasta los muelles de Tandanor en Buenos Aires, el Secretario General de Capitanes e Pesca Jorge Frías describió al B/P María Liliana 1º, como «un barco totalmente nuevo, que cuenta con tecnología de última generación, y posee muchas cualidades que atienden a la habitabilidad de los tripulantes que tienen que permanecer a bordo muchos días navegando, con desarraigo, y que contar con una comodidad importante hace que de alguna manera ello se mitigue, pero también en función de la seguridad para los trabajadores».

En ese sentido explicó que el buque «tiene muchas prestaciones que atienden a la seguridad náutica en cuanto a la distribución de los equipos de trabajo; en cubierta, el posicionamiento de los guinches, complementado con grúas para maniobras, hace que no se deba recurrir a muchos cables y pastecas que dificultan la operatoria. También es muy interesante que el buque nace con tangones, y esto significa que no es modificado como ha pasado y pasa con otros buques que son adaptados para la pesca de langostino. Estas cuestiones, sin dudas, técnicamente atienden a la seguridad náutica del buque, y también cuenta con mucha tecnología en cuanto a la seguridad ante cualquiera de los siniestros posibles, incendio, hombre al agua, colisión y demás, a punto tal que cuenta con dos balsas por banda que representan duplican la capacidad de la tripulación: el buque operará con 36 tripulantes, y las balsas alcanzan a 80 personas, y esto habla de la importancia que se le dio a la seguridad náutica».

El buque tiene 40 metros de eslora y 10 de manga, «que lo hace muy cómodo», dijo Frías y amplió: «de hecho tuve la oportunidad de comprobar su navegabilidad en tres días que tuvimos temporal, y el buque tiene una estabilidad náutica destacable. La parte de la timonera y la tecnología que tiene instalada es un tema mayor, las herramientas operativas con que cuenta el capitán son destacadas, y no muchos barcos en Argentina, que tienen un promedio de 35 años de antigüedad, cuentan con estas herramientas». El tangonero, que pertenece al Grupo Valastro y lo construyó conjuntamente con el Grupo Newsan, tiene capacidad para albergar en sus bodegas aproximadamente unas 170 toneladas de langostino.

Argentina desaprovecha el mar

Consultado acerca de su apreciación sobre el rumbo político de la pesca en nuestro país, el Capitán Frías indicó: «la Argentina en cuanto a pesca debe replantearse muchas cosas, sin dejar de mirar la historia, tiene que empezar a mirar hacia adelante, trazar una línea y hacer las correcciones que se deban hacer».

A ello agregó que «es impactante ver el transporte marítimo con que se mueve el mundo, la importancia del mar para las economías mundiales y en Argentina, que está rodeada de agua: todo el Mar Argentino y el Pacífico, no se le da importancia al transporte marítimo y a todas las riquezas que genera el mar, por eso tenemos problemas con los buques de ultramar, con los fluviales, y un desperdicio o desprecio hacia todos los recursos que genera el Mar Argentino y puede generar, entonces considero que ese es el gran problema de fondo que tenemos en todo el sector marítimo-pesquero».

Al respecto, el Secretario General sostuvo: «Hay que mirar la pesca desde su origen se fue desarrollando como pudo, y en esas desprolijidades en que donde cada uno cree que es dueño de un pedacito del mar o de un pepdacito de un puerto se han generado distorsiones, y aquí se está hablando de la economía de un país, que el año pasado exportó por más de 1.900 millones de dólares de pescados y mariscos, de los cuales unas 230 mil toneladas corresponden a langostino, cuando en realidad se pescó más, se descargó más, y evidencia que hay muchas aristas que observar y corregir, porque esto que no se hace en realidad es desperdicio de alimento, falta de generación de trabajo vinculada a la descarga, procesamiento en tierra, logística de distribución, transporte, etc.; y fundamentalmente tiene que ver con la alimentación de un país que está rodeado de alimento tan rico como es la pesca y no lo consume».

Prueba de ello es que el 95% de la producción pesquera se exporta, «esto indica que desde el Estado, los distintos gobiernos no generan una política alimentaria para que el argentino se acostumbre a este alimento tan rico y saludable. Mientras tanto, desde países de otro lado, como japoneses, chinos y coreanos, atraviesan todo el mundo para venir a buscar el alimento que produce la pesca, y aquí lo miramos como una cuestión económica», afirmó.

Ante la pregunta por las actividades vinculadas al descarte pesquero desarrolladas por la AACPyPP, Frías recordó la acusación en declaraciones públicas que realizara el Subsecretario de Pesca de la Nación en 2010, cuando «acusó a los Capitanes de Pesca de ser los responsables de la depredación en el Mar Argentino»; oportunidad en la que desde la Asociación se le respondió que «los Capitanes de Pesca no somos responsables de la depredación en el Mar Argentino, ni los marineros ni los conductores de máquinas que también están a bordo de los buques, somos los responsables del descarte, del desperdicio ni del desprecio que se provoca a través de los años la historia de la pesca argentina, y los únicos responsables son quienes determinan las políticas de pesca, que no somos los trabajadores«.

En 1998 se generó el Régimen Federal de Pesca «que determina quién, cómo y con qué se pesca en el Mar Argentino, y los trabajadores no tenemos injerencia, entonces no podemos permitir que se nos responsabilice. Nosotros somos un instrumento para llevar adelante algo que se hace mal; y sin juzgar a nadie, aún más allá de sus buenas intenciones, por ejemplo el Subsecretario de Pesca Juan Bosch no me ha manifestado hasta el momento su voluntad de corregir estas cuestiones, lo que sí realmente hace falta es que se corrijan estas cosas, o que lo aceptemos como sociedad a partir de la difusión que hemos dado a la cuestión del desaprovechamiento del recurso con una película (Descarte Cero), seminarios, entrevistas, incluso lo hemos presentado ante la FAO en un foro realizado en España».

Capacitación de los trabajadores

En todas las exposiciones y debates que realizamos vinculados a esta profesión de alto riesgo como es la pesca marítima y la importancia que genera como industria de explotación y riqueza para el país, planteamos que también tiene una falencia en lo que atañe a la formación y capacitación de los trabajadores del mar.

«Todo evoluciona, las normas, las herramientas náuticas y de seguridad, y por eso el mundo trabaja en acuerdos internacionales que atienden estas cuestiones: la mejora de seguridad de los trabajadores, habitabilidad, seguridad náutica, la formación, la capacitación, la FAO en cuanto a la explotación y conservación de los recursos marinos; todo esto hace que desde nuestra organización hayamos decidido aportar nuestro granito de arena con el sólo efecto de construir, sin ir en busca de crítica ni cuestionamientos a nadie, asumir nuestra responsabilidad como actores sociales y no simplemente pasar por una gestión; y esto ha concluido en una publicación que pronto verá la luz», adelantó Jorge Frías.

«Desde la Asociación junto con el CESMAr (Centro de Estudios Superiores del Mar Argentino), junto con un grupo de profesionales, hemos escrito un libro que atiende esta cuestión de la formación y capacitación, y esperamos que sea de consideración de las autoridades que tienen la responsabilidad de capacitar a los trabajadores para que esta industria se realice con los menores siniestros posibles y obviamente con las herramientas para evitar la pérdida de vidas consecuentes; y como adelanto el título del libro: Civilización y barbarie en el Mar Argentino, Un grito desde el fondo del mar», finalizó.

Obtenido de capitanesdepesca.org.ar

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