Abuso del plástico y los mares. Ese daño colateral del petróleo
Que el plástico ha servido para la evolución del ser humano es un hecho incuestionable. El problema que cierne sobre nuestra cabeza es alarmante a nivel sanitario. El abuso del plástico que se ha hecho en las últimas décadas ha generado un problema medioambiental de proporciones espectaculares. Si seguimos así en el 2025 por cada 3 peces que chapoteen en los océanos, tendrán la “grata” compañía de 1 Tn de plástico.
Cual problema que no vemos, nos imaginamos que no existe; muchos/as pensarán que es alarmismo barato. Como siempre acostumbro, aquí tenéis unos cuantos datos facilitados por organismos oficiales (Foro económico mundial, Greenpeace, ONU, etc.).
Hoy en día tenemos en nuestros mares y océanos 5 Trillones (sí has leído bien, ¡¡trillones!!) de piezas de plástico en nuestros mares. Unos 150 millones de toneladas. La mitad del plástico que existe se ha generado en los últimos 15 años. Por eso incido en que el problema no es el uso, sino el abuso. Sólo reciclamos el 10% de lo que se fabrica.
Si seguimos así en el 2025 por cada 3 peces que chapoteen en los océanos, tendrán la “grata” compañía de 1 Tn de plástico. Y así, en 2050 tendremos ya más plástico que peces. Habremos convertido nuestros océanos en un gigantesco vertedero de plástico “gracias” a las 8.000 Tn al año que actualmente terminan en el mar.
Si una bolsa de plástico tarda en descomponerse 150 años o una simple botella de plástico la friolera de 450 años (*), no me extraña que el ecosistema esté colapsado sin posibilidad de renovación.
(*) Los datos varían según la fuente consultada y el nivel de degradación y desintegración que alcanza el objeto plástico.
Y es que, si tuviésemos una máquina del tiempo y pudiésemos hablar con Leo Baekeland (el padre de los polímeros sintéticos, como la baquelita y el papel fotográfico “Velox” ) a principios del siglo XX fliparía con la abrumadora dependencia que tenemos de este material omnipresente en casi todos los objetos terrenales. Ese chupete que usé en los años 70 está presente, de alguna manera, en forma de microplástico en nuestro entorno.
Insisto en que no estamos aquí para demonizar un material que ha salvado muchas vidas. Sólo pensad en la cantidad de sitios a los que se ha podido llegar para suministrar agua gracias a las tuberías de PVC o a la democratización de la sanidad, abaratando el costo del instrumental y material asistencial; son sólo unos pequeños ejemplo de ello.
Tan sólo una reflexión: Echad un ojo a vuestra basura… ¿qué es lo que más abulta y abunda? Efectivamente, el plástico. Botellines, Bandejas de polietileno y un largo etc. de envases y objetos de este popular material. La clave es que algunos de ellos eluden los filtros de las depuradoras al contener microcápsulas (como jabones y exfoliantes) o microfibras (como los estropajos) que contribuyen al aumento de los malditos microplásticos que tantos quebraderos de cabeza generan.
Quizás la pregunta que todos nos estemos haciendo es ¿por qué es tan popular el plástico?
Una vez más los criterios que más pesan son los económicos, entre otros. Y es que además de resistente y fácil de fabricar a gran escala, la diferencia de precio con materiales alternativos es importante. Un dato: el precio que debe pagar una tienda por una bolsa de plástico, de media, es 0,028 euros; su alternativa en papel 0,52 €. Esto supone ¡¡19 veces más!!
Entonces, ¿qué podemos hacer para contribuir de manera global e individual?
Muchos me dicen “vale Luis, pero para hacer ese cambio tan bonito que tú promulgas, me puedo volver loco de tienda en tienda buscando alternativas y encima ¡son mucho más caras!”
Vale, de acuerdo que en un principio puede parecer que determinados cambios de hábitos suponen molestias y un mayor esfuerzo económico, pero debemos derribar prejuicios y pararnos a pensar. Aquí os dejo una pequeña pincelada de ideas fáciles de implementar en el día a día y que, según los expertos, puede suponer hasta un 20% de ahorro:
- Siempre que sea posible, compra “a granel” (conservaremos las legumbres en botes de cristal por ejemplo).
- Sustituye los elementos líquidos (que implican envases) por los sólidos. Por ejemplo los jabones.
- Si no es posible esa permuta, cambia el envase de plástico por uno reutilizable (de vídrio, acero, etc.). Por ej. cambia el botellín de agua por un pequeño termo o botella reutilizable.
- Usa y/o pide bolsas de papel y/o tela.
- Si no quieres volverte loco e ir de “peregrinaje” de tienda en tienda para realizar “la perfecta compra” sin residuos plásticos, usa las plataformas de tiendas on-line.
- Si tienes niños/as pequeños/as en casa intenta usar pañales lavables o biodegradables (con celulosa y poliácido láctico) y mejor juguetes de madera que de plástico.
- Aquí vamos a poner un largo etcétera. Seguro que se te ocurren un montón de ideas más para ahorrar y generar menos residuos. Los “alumnos aventajados” que más en serio se han tomado el cambio utilizan multitud de alternativas como esponjas e hilo dental naturales, cepillos de madera, etc. Cada vez son más los comercios especializados en este tipo de objetos naturales.
- A modo de resumen final podríamos apoyarnos en las “cinco erres”: Reciclar (lo ya desechado), Reparar (racionalizar el “usar y tirar”), Reutilizar (Donar objetos), Reducir (consumo “inteligente”) y Rechazar (escoger alternativas al plástico).
Y para terminar de una manera positiva, os aporto un par de iniciativas de lo que a nivel global se está haciendo para enmendar este colapso de PVC, nailon y polímeros varios.
Desde la Universidad de Tecnología de Singapur el científico español Javier G. Fernández está trabajando, desde hace tiempo, con un elemento que perfectamente puede sustituir al plástico. Le ha llamado “shrilk” y además de muy resistente y flexible es biodegradable, ya que proviene de la combinación de la quitina de los exoesqueletos de los artrópodos y de proteínas derivadas de la seda.
Y no puedo terminar sin mencionar la mayor acción de limpieza marina de plástico de la historia de la humanidad que se va a llevar a cabo a través del proyecto, recientemente presentado, “The ocean clean-up“.
Así que, como dice la oceanógrafa y científica Sylvia Earle: «Tras el conocimiento viene la concienciación. Puede que no te importe aunque sepas lo que ocurre, pero no te puede importar si no lo sabes.»
Obtenido de nuestromar.org