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“Argentina es la razón de ser de Iberconsa”

Así calificó el CEO del Grupo, Alberto Freire, a la filial que tienen en el país. Habló sobre la renovación de flota y el adelantamiento de la cuotificación como lógica de negocio más que de previsibilidad. El gerente local, Juan Pablo Basavilbaso, cuenta la experiencia de procesar langostino en Mar del Plata y las trabas para el desarrollo.

Desde hace poco más de 20 el Grupo Iberconsa se ha instalado en la Argentina. Primero fue una oficina improvisada en un contenedor en Puerto Madryn pero fueron creciendo e invirtiendo hasta transformarse en una de las principales empresas del país. Desde marzo de este año, el poderoso Grupo Platinum la sumó a su nómina de negocios con una participación mayoritaria y la firma sigue expandiéndose. La última incorporación del Grupo Giorno la llevó hasta Mar del Plata, donde han comenzado a procesar langostino en tierra. En una entrevista con Revista Puerto Alberto Freire, CEO del Grupo, calificó a la filial argentina como la razón de ser de Iberconsa. También explicó por qué la firma elige a Vigo para construir los barcos con los que renovará la flota local. Juan Pablo Basavilbaso, a cargo de la filial argentina, habló sobre la experiencia en Mar del Plata y sobre las trabas que existen para el desarrollo. Pese a estar en mejores condiciones que en 2009 cuando se distribuyeron las cuotas, están a favor de un adelantamiento como estrategia de negocios, que permita lograr previsibilidad para la inversión.

Medio revista Puerto: ¿Qué representa la filial argentina para el Grupo Iberconsa?

ALBERTO FREIRE: La razón de ser; hoy Argentina está en nuestro ADN, no se entendería la Iberconsa actual sin Argentina. Nosotros estamos muy agradecidos de la oportunidad que nos han dado, gran parte del desarrollo se debe a lo hecho aquí y creemos haber correspondido con seriedad, con inversión y con trabajo a la oportunidad que se nos dio. Desde luego no pensamos en menos Argentina, haremos otras cosas pero también más en el país.

RP: Hoy se está exportando un porcentaje muy grande de langostino en bloques para ser reprocesado en otros países. ¿Es posible pensar en un mayor desarrollo?

JUAN PABLO BASAVILBASO: Nuestro negocio está dado fundamentalmente por el congelado a bordo, crecimos de esa forma con la merluza y en langostino hemos trabajado mucho, no solo en el congelado a bordo sino también en el proceso en tierra. Entre el 30 y 40 por ciento de nuestra producción la procesamos; tenemos tres plantas operativas funcionando, la de Puerto Deseado que tiene unas 60 personas, la de Rawson con 300 empleados y en Mar del Plata que cambió la matriz de merluza a langostino tenemos contratadas unas 100 personas. Ahora debemos tecnificarnos más pero eso ya está en proceso.

RP: ¿Qué hace falta para aumentar ese porcentaje?

AF: Estamos procesando con rentabilidad, es cierto que hubo una devaluación reciente pero ese langostino es competitivo, haciéndolo en Mar del Plata donde la mano de obra es más barata. Se puede procesar en Argentina, pero en un país en el que la inflación se espera que llegue a 59,9 por ciento, la ecuación puede cambiar de un año a otro. Entonces en definitiva lo que se necesita es previsibilidad. ¿Cómo se hace un proyecto industrial cuando tienes una mano de obra que te puede dar la vuelta de un año a otro? Pero ese ya no es un problema de la pesca, es un problema de la manufactura en general en Argentina; controlar la inflación es una materia pendiente porque si no, los procesos manufactureros van a ser siempre limitados.

JPB: Estábamos haciendo reproceso de langostino en Marruecos y ahora lo hacemos en Mar del Plata. Pero se necesita capacitar a la gente y negociar convenios, es fundamental para no llevar el producto a un tercer país. Lo que faltan son reglas de juego claras y sobran impuestos, sobre todo en lo que tiene que ver con cargas sociales, hoy el costo laboral por encima del sueldo de bolsillo de un empleado es del 60%. También es necesaria una justicia laboral un poco más justa para las empresas, porque la industria del juicio está a la orden del día con juicios que demoran y tienen tasas del 80 por ciento; el empleado que reclama hoy sabe que tiene un plazo fijo, es una locura.

AF: Los impuestos, los servicios, todo es más caro en Argentina. Lo lógico sería reprocesar y exportar el producto terminado, porque lo demás es mover mercancías, mantener stocks intermedios, que al final no hace más que encarecer los procesos. Si a nosotros se nos dan las condiciones de estabilidad que creemos que debe tener un país como Argentina, nosotros claramente apostaríamos por una total conformación de productos susceptibles de ser trasformados en el país.

RP: ¿Cómo está funcionando la experiencia de procesamiento de langostino en Mar del Plata?

JPB: Fue un cambio brusco, no queríamos hacer merluza en tierra por experiencias pasadas que no nos satisficieron. Tuvimos una negociación con el sindicato y la gente para tratar de acordar valores que estén acordes a la producción esperada de cada operario y a los valores de mercado; para que la gente se llevara un sueldo mensual y con continuidad en el trabajo, que es lo más importante. Nos ha costado, pero el sindicato cuando hemos tenido problemas se ha arremangado y la gente va respondiendo. Con el tiempo se va generando más confianza en el proyecto y eso es bueno, entramos en el Grupo Giorno hace poco y es un proceso natural de confianza entre los obreros y los nuevos dueños, pero vamos avanzando bien.

RP: Iberconsa viene invirtiendo el país, expandiéndose, generando empleo; pero a la hora de renovar la flota, deciden construir tres buques en astilleros de Galicia por 25 millones de euros. ¿Por qué?

AF: Es una cuestión de capacidad tecnológica. Ciertamente hoy para construir buques congeladores por encima de los 30 o 35 metros, no hay capacidad técnica ni de dimensión de gradas en Argentina. Nosotros a través de reparaciones, mantenimiento y diques, invertimos entre 10 y 12 millones de dólares todos los años en astilleros nacionales. Conocemos muy bien su capacidad y creemos que tiene una capacidad muy adecuada para dar ese servicio. No obstante, para lo que es construcción las estructuras no están preparadas. No es un dato menor que cuando el INIDEP debió elegir dónde hacer sus barcos lo hizo en España, porque es una decisión lógica. En España hay crédito, hay capacidad tecnológica y de infraestructura, pero además hay empresas de servicios que optimizan el trabajo.

JPB: La falta de financiación condicionó el desarrollo de los astilleros, han ido a los ponchazos y el desarrollo en infraestructura que han logrado es menor al que ha conseguido España, la diferencia que se generó entre un país y otro es muy grande. Mientras que en Argentina pueden tardar para hacer un tangonero de 40 metros un año o año y medio, en España lo hacen en seis meses. El principal problema que tenemos para desarrollar la industria naval nacional es la financiación, hoy sale muy caro… directamente no te financias.

RP: ¿Qué tasas consiguen las empresas en España?

JP: Se está dando financiación a tasas del 2% con plazo de gracia de dos años para la construcción de barcos en astilleros españoles, que son también políticas de Estado en las que se beneficia a la industria naval, lo que está muy bien porque les permitió desarrollarse.

RP: Desde el gobierno se ha buscado adelantar el proceso de redistribución de cuotas, generando una especie de prórroga que mantenga los mismos porcentajes por empresa que en 2009. ¿No los perjudica habiendo invertido y aumentado el empleo?

AF: Estamos mejor, pero en el fondo no es lo que a una empresa la beneficia o perjudica, creo que hay que buscar lo que es mejor para la pesquería y para el sector. No solo hemos mejorado en mano de obra, también en inversión y en el valor agregado. Creo que contribuimos al desarrollo de la pesca, pero nosotros apuntamos a una lógica de negocio. Cuando las empresas disfrutan de una cuota, conforme llegas a la fecha de vencimiento, la incertidumbre que tienes sobre la renovación aumenta… Nosotros no tenemos dudas de que vamos a renovar pero siempre existe la incertidumbre sobre cuánto. Por consiguiente siempre hay una cierta parálisis en los procesos de inversión. Eso creo  que no es bueno porque la industria va a tirones, te dan la cuota y los primeros diez años inviertes mucho y los últimos cinco vas sin invertir, en espera de que venga la renovación. Esa discontinuidad no es buena para la industria. Nosotros decimos que si los criterios de renovación van a ser los criterios que se aplicaron en 2009, debiera anticiparse a aquellas empresas que han hecho una performance adecuada contra unos compromisos o acuerdos determinados para no paralizar la inversión. Es necesario tener una previsibilidad sobre las empresas.

RP: La previsibilidad es un concepto muy presente en sus respuestas pero resulta una materia complicada en Argentina.

AF: No, los argentinos son muy críticos con su país. Los que estamos allí desde hace mucho tiempo pero vamos y venimos, vemos que en Argentina cuando hay una lógica, las cosas se ejecutan con criterios profesionales. Hay muy pocos países que puedan presentar como credencial tres pesquerías tan importantes como la pota, el langostino y la merluza que están perfectamente sostenibles y perfectamente reguladas. Eso se hace en Argentina y es fruto de una cooperación entre la administración, las empresas y los sindicatos, eso lo conseguimos aquellas empresas que tenemos vocación, ahora necesitamos transmitir previsibilidad.

RP: En función de la situación de crisis actual, ¿es complicado para el grupo proyectar a futuro?

AF: La situación nos inquieta pero somos inversores a largo plazo, lo hemos demostrado y confiamos en la capacidad de recuperación de la Argentina, como así también en que se van a impulsar medidas para que nuevamente –y eso es lo triste porque ya hemos vivido más de una crisis– resucite. Argentina tiene la capacidad del Ave Fénix y nos encantará seguir apoyando al país. Confiamos en que saldrá de esta crisis y desde Iberconsa seguiremos apostando por Argentina, ahora y siempre.

Nota Original: www.revistapuerto.com.ar

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