La estiba de Madryn con los costos “engordados”
La industria pesquera de Chubut parece resignada. Sabe y reconoce que la estiba de Puerto Madryn presenta un desmedido costo por encima de cualquier otro puerto del país. En el sector se admite que los valores están “inflados” producto de acuerdos sindicales-empresarios entre el SUPA y las empresas de servicios, a lo que se le habría sumado un ‘gordo’ del gobierno provincial que les garantiza imponer precios exorbitantes.
Esto no es ninguna novedad y es un secreto a voces que ninguno se anima a plantearlo vaya a saber por qué, teniendo en cuenta que ese esquema de la estiba solo exprime a los que deben operar desde este puerto, pero no representa ningún atractivo para que más barcos intenten arrimarse a muelle, por ejemplo, los poteros, a quienes les sale más barato perder días de pesca que entrar a Madryn a bajar las pastillas de calamar.
El paquete
La descarga de un pesquero se compone de tasas portuarias, apuntadores, amarradores y el servicio de estiba. “Sobre esto último, que es lo que nos ocupa, Patagonia Estibajes, Murchison y Loginter son las tres empresas de estibajes que le brindan servicio a la industria pesquera que opera desde el muelle Almirante Storni de Puerto Madryn. Y es Patagonia Estibajes la que en términos prácticos termina siendo la ‘formadora de precios’ del puerto local, al concentrar el mayor volumen de operaciones a la industria pesquera”, ventiló esta semana El Diario de Madryn.
La mano de obra de las empresas Patagonia Estibajes, Murchison y Loginter para la descarga de los buques pesqueros es provista principalmente por la Cooperativa de Trabajo, Provisión de Servicios de Estibajes Puerto Madryn Limitada (Coop. TPSE), que dirige Enrique “Quique” Goyeneche, la cual se provee de empleados de la bolsa de trabajo que dispone el Sindicato Unido de Portuarios Argentinos (SUPA) que tiene como mandamás al dirigente Ricardo Franco, de aceitados vínculos con el oficialismo.
El reparto
Por otro lado, se menciona que cuando la empresa de estibajes Socia, de Omar “Cura” Segundo, se “vendió”, los “negocios” bifurcaron y fueron absorbidos por dos empresas de un mismo grupo: Ruta 40 y Patagonia Estibajes. La primera razón social figura como actividad principal de servicios de manipulación de carga en el ámbito portuario y tiene actualmente el control de la estiba de Aluar, mientras que la otra sociedad brinda servicios de apoyo para la pesca en fresco y congelado, y además servicios complementarios para el transporte marítimo que incluye explotación de servicios de terminales como puertos y muelles.
“Franco Finiguerra y Raúl Pérez siguen siendo las “caras visibles” de Patagonia Estibajes S.A., mientras que en la empresa Ruta 40 S.R.L., propiedad de Pérez donde figuran oficialmente como socios accionistas su esposa y su hijo Diego (según BO 12401 del 16/03/2016), se habrían incorporado como operadores no estatutarios, los empresarios Jorge Aidar Bestene y Walter García Moreno, tal los testimonios de algunos proveedores y vínculos cercanos”, publicó el medio madrynense. En ese entramado no son pocas las versiones extraoficiales que lo ubican a Pablo Das Neves, hijo del gobernador, inmiscuido en el negocio de la estiba.
La bolsa
Respecto de los sobrecostos que tiene para cualquier buque pesquero que quiera operar sus descargas en el muelle Storni, si se los compara con otro puerto como el de Mar del Plata, por ejemplo, ese mayor costo que le quita competitividad al puerto madrynense es el servicio de estibajes. Vale decir que las tarifas portuarias de uso de puerto se han actualizado, pero siguen siendo comparativamente más bajas que en otros puertos del país.
En Puerto Madryn, en la temporada del calamar que finalizó en mayo/junio, y considerando valores finales por todo concepto, sobre la base de desembarcar un buque de aproximadamente 700 toneladas de calamar, el precio fue de aproximadamente 2.000 pesos la tonelada, de los cuales la mano de obra de los estibadores de la Cooperativa de Estibajes Puerto Madryn Ltda. corresponde aproximadamente 1.200 pesos, mientras que los restantes 800 pesos, es lo que se lleva la empresa que brinda el servicio de estiba, quienes aducen que ese es el costo que tienen para amortizar sus grúas, camiones, equipos, costo financiero e impuestos. Ese valor incluye la descarga del buque, clasificación del producto en tierra, carga de víveres e insumos y la puesta de los productos sobre camión y/o contenedor al costado del buque.
A eso se debe adicionar el costo de los apuntadores que alcanzaba a 12.000 / 15.000 pesos por turno en una operación de esta naturaleza.
Por el mismo servicio en Mar del Plata, que incluía todos los conceptos, la tonelada de descarga no superaba los 1.550 pesos.
Si bien, en Mar del Plata la mano de obra puede ser relativamente más barata por trabajo precarizado o empleo en negro, el sobrecosto que tiene la estiba de Puerto Madryn no es solo por lo que se lleva el obrero, sino que casi el 50 por ciento de ese sobrecosto es la “rentabilidad” que embolsa la empresa de estibaje.
Mercado cautivo
En cuanto al langostino, en la actualidad descargar un buque congelador tiene un costo aproximado a los 2.500 pesos por tonelada, a lo que debe añadírsele otros 90.000 pesos por carga de víveres e insumos, más 34.000 pesos para llenar los contenedores en plazoleta fiscal, para el caso de los barcos que llegan y consolidan en puerto.
Esto significa que un buque de aproximadamente 100 toneladas pagaría en este puerto en concepto de estiba la suma de 250.000 pesos por descarga, más 90.000 pesos por carga de víveres e insumos (alistamiento), más 68.000 pesos por consolidar cuatros contenedores, más 30.000 pesos en concepto de costo de apuntadores. Esta sumatoria arroja un total de 438.000 pesos, aproximadamente, para un buque que llega al Storni y consolida en el lugar. El costo es menor para quien descarga y traslada la mercadería congelada a sus plantas para consolidar contenedores en sus fábricas.
Esta misma operación en Mar del Plata tendría el costo de 220.000 pesos en concepto de descarga, más 20.000 pesos por carga de víveres e insumos y cero pesos por llenar contenedores y 1800 pesos por apuntadores, es decir un total de 242.000 pesos. Una diferencia de casi el 80% entre ambos puertos.
El mínimo de 100 toneladas
El encarecimiento de costos también obedece a que en una “descarga de congelado”, en un servicio de descarga sin clasificar, con grúa y autoelevador incluidos, la empresa de estibaje y el estibador aplican una ‘facturación mínima’ por 100 toneladas. Es decir, un buque puede llegar con 50 toneladas, pero en Madryn debe pagar el servicio como si desembarcara 100 toneladas de productos.
Este sistema lejos de alentar la llegada de más buques a descargar a Chubut, hace que prefieran gastar más combustible, perder más días de navegación, y así y todo es más barajo ir hasta a Mar del Plata a pesar que los congeladores estén al sur del paralelo 42°.
71 pesos por cajón
Los barcos fresqueros langostineros que pescan en aguas nacionales, huyen de Puerto Madryn y realizan sus descargas en el puerto de Camarones para trasladar luego sus cargas de producto fresco y procesarlas en Rawson, Trelew e inclusive en Puerto Madryn (distante a 180 kilómetros), a tal punto que, debido a esto, esa ciudad ha tenido un impulso importantísimo en la temporada del langostino. En Madryn descargar un cajón de fresco cuesta 75 pesos, en Lavalle 55 pesos, en San Antonio Oeste 22 pesos, y en Rawson saldría 71 pesos. La estiba del fresco en Madryn también se transformó en un negocio donde el sindicato le encontró el gustito a estar del otro lado del mostrador y jugar a ser empresarios. Varias empresas de servicios de estiba de fresco afirman que no pueden operar porque el SUPA no les aporta mano de obra y digita quién trabaja y quién no.
Mientras tanto, en Rawson, también se concentró el negocio en pocas manos y operan en sociedad con dirigentes sindicales, y también aparecería un “pesado” del gobierno, dicen las malas lenguas; pero esta situación en Puerto Rawson será tema de abordaje en otro informe en los próximos días.
Obtenido de revistapuerto.com.ar