MAR DEL PLATA

Interrogantes del plan de desguace de buques en Mar del Plata

La realidad parece contradecir, una vez más, los anuncios que formula Martín Merlini. El presidente del Consorcio Portuario de Mar del Plata anticipó la semana pasada la puesta en marcha de un plan de remoción y desguace de más de una docena de buques inactivos en las secciones Cuarta y Quinta en el Espigón 2 del puerto local.

Además de destacar que el operativo tendría costo cero para el propio Consorcio y el Estado, la autoridad portuaria incluyó en el desguace los dos poteros de Chiarpesca, el 902 y 903, aunque forman parte de un acuerdo entre la armadora y La Pasteca, una empresa especializada en cortar barcos y convertirlos en chatarra naval, que alquila el varadero de la Armada en la Base Naval.

En el Consorcio revelaron que la puesta en marcha de este plan para recuperar más de 100 metros lineales de muelle comenzará el mes que viene. Pero el programa de desguace presentado a Prefectura sobre los dos Chiarpesca en los que se está trabajando desde hace casi dos meses, contempla la ocupación del varadero de la Armada hasta marzo de 2018.

“Merlini le encontró una novia a esa chatarra”, confió la semana pasada una alta fuente de Prefectura cuando este medio quiso saber detalles del operativo y el costo que tendría.

La “novia” que consiguió el Presidente del Consorcio es la empresa Lusejo SA. Radicado en Quilmes, este depósito de chatarra, cuyos socios tienen algunos antecedentes en el rubro, sobre todo en Ibicuy y Puerto Madryn, que no son del todo felices, sería el encargaoa de reducir los barcos.

Representantes de Lusejo ya comenzaron a caminar los muelles del puerto marplatense. Es más, visitaron el varadero de la Base Naval y hasta se reunieron con algunos armadores para ponerlos al tanto del proyecto desguace. En ambos casos se presentaron como enviados por el Presidente del Consorcio.

El de la chatarra naval ha dejado de ser un buen negocio hace muchos años, fundamentalmente desde que se subieron las barreras a la exportación. En 2004 los reducidores pagaban a los armadores por los barcos a desguazar. Hoy es al revés. Sin ir muy lejosm a Pedro Baldino le cotizaron más de 7 millones de pesos para reducir al Harengus.

En el mercado se paga 2 mil pesos la tonelada de chatarra naval. El costo de extraerla de un casco abandonado en el puerto puede llegar al doble. Más para Lusejo SA, que debe trasladarse desde Quilmes a Mar del Plata y no posee grúa propia, herramienta vital para hacer el trabajo. Solo alquilar el varadero de la Armada sale más de 100 mil pesos por mes. ¿Quién pagará la diferencia en los barcos que piensan extraer del espejo interior del puerto?

Cuál es el negocio de remover y reducir un barco cuyo producto es muy inferior al costo de generarlo. Los dueños de los barcos en cuestión, Caputo, Barillari, Moscuzza, se limitarán a liberar los cascos; sus antecedentes no dan lugar al optimismo ni al fomento del bien común.

En el listado hay otros tres barcos sobre los que se iniciaron acciones para cumplimentar con el trámite de abandono de estas unidades en favor del Estado ante la imposibilidad de distinguir a la empresa armadora.

Es probable que el operativo desguace y remoción comience por los barcos cuyos dueños están identificados. Pero para los que no tienen dueño, es el Estado el que debe llamar a una licitación nacional para reducirlos y cortarlos. Por las dudas que Merlini decida entregárselos también a sus amigos chatarreros de Quilmes.

Obtenido de revistapuerto.com.ar

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