INDUSTRIA NAVAL

José Américo, el buque de Moscuzza que se achicó en el agua

José Moscuzza hacía 36 años que no botaba un barco nuevo. El José Américo es el número 13 que se integra a una flota que dispone de fresqueros, tangoneros, poteros y congeladores. Lo acaba de botar en las gradas de Beiramar, en Armón, Vigo y está en viaje hacia el puerto marplatense, donde espera llegar sobre el fin de mes.

La idea de Moscuzza es que el José Américo participe de la próxima temporada de langostino en aguas nacionales. Para eso  reformuló un permiso de pesca que incluyó un fresquero y un potero, que pondría colorado hasta a Julio de Vido y obtuvo 2600 toneladas de especies no cuotificadas; como si evitando nombrarlo no creciera el esfuerzo pesquero sobre el langostino.

El problema que tiene Moscuzza es que el barco mide 47 metros. Muy lejos de los 40 metros de eslora máxima total que establece como límite la Resolución 1113, la cual también fija en 2000 HP la potencia máxima que pueden tener los buques que operan sobre el marisco.

El buque tiene como motor principal  un Yanmar de 1470 Kw, algo menos de 2000 HP. Claro que ese motor se puede llevar a 3 potencias distintas que varían entre los 2 mil y los 2600 HP. Si “Pototo” no tuvo reparos en extenderse 7 metros por sobre lo que marca la Resolución, es muy posible que el motor trabaje a su máxima prestación.

Es posible también que “Pototo” pensara que sería fácil derogar la Resolución. Que sería un hecho al momento del acto de botadura. El año pasado desde “El Faro de Vigo” destacaron el aporte de industrias Ferri, un proveedor local, a la maquinaria del José Américo. El artículo mencionó que el buque medía 47 metros de eslora.

A principios de año y estrenando el cargo de Subsecretario de Pesca, llegó a Mar del Plata Juan Manuel Bosch a participar de una reunión que había sido convocada por el ministro de Agroindustria Leonardo Sarquis.

Bosch habló poco durante la reunión y se despidió con un mensaje que descolocó a Antonio Solimeno y Fernando Rivera. “Calzo 39”, les dijo Bosch.

El viernes, cuando llegaron noticias de la botadura, el operativo “Milagro de acortamiento” ya se había puesto en marcha. El barco tocó el agua en el muelle donde lo amarraron para el acto y ya medía 39,90 metros, según reportó el mismo portal de Vigo.

Marine Traffic despeja cualquier duda sobre las medidas del buque: señala 47 metros por 11 de manga.

Qué dice el expediente que Moscuzza presentó a la Subsecretaría de Pesca para iniciar el trámite de matriculación de la embarcación ante la Prefectura Naval Argentina. Que el barco mide 39,90 metros de eslora “entre perpendiculares”.

La eslora entre perpendiculares es la distancia entre las perpendiculares del barco. Siendo ubicada la perpendicular de proa en la intersección del casco en proa y la línea de flotación. “La perpendicular de popa se ubica a una distancia hacia popa igual al 96% de la eslora en flotación o en el eje de mecha de timón, la menor de estas dos”, explicó un ingeniero naval consultado por REVISTA PUERTO.

Resulta difícil de sostener que si la eslora máxima total de un barco sean 47 metros, la eslora entre perpendiculares sea 39,90 metros. Juguemos con una analogía. Moscuzza pretende hacernos creer que la distancia entre ejes de un camión (equivalente para él a la eslora entre Perpendiculares) es igual al largo total menos los paragolpes.

Pero la Resolución 1113 no refiere a eslora entre Perpendiculares, que de todos modos requeriría de otro milagro para que de 47 metros se reduzca a 39,90, sino que establece 40 metros de eslora máxima total, la distancia comprendida entre las perpendiculares de los puntos más salientes del buque en el plano longitudinal.

El viernes por la tarde desde la Subsecretaría de Pesca aclararon que la información enviada a Prefectura es la que aportó el armador y que el propio Bosch lo había aclarado en una nota al pie del documento enviado a Prefectura.

El José Américo excede las restricciones que contempla la Resolución 1113/88. El Subsecretario de Pesca, los miembros del Consejo Federal Pesquero así como los responsables de la Policía de la Seguridad en la Navegación (POLINAVE) de la Prefectura Naval están frente a una oportunidad histórica.

Que efectivamente hubo un cambio, que se respeta lo que está escrito, que se cumple con las normativas, que no hay espacio para los intentos de avasallamiento con la abundancia del dinero ni oportunidades para que germine la flor de lobby.

Dejar afuera al José Américo de la próxima pesquería de langostino es salir airosos de la prepotencia burda de un armador que sabía que existía un límite de 40 metros y construye un barco nuevo de 47.

Obtenido de revistapuerto.com.ar

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