PESCA ARGENTINA

Bosch pretende delegar el control del Estado en los capitanes

Hace unos días publicamos una entrevista a las biólogas a cargo del Programa Merluza del INIDEP en la que se abordó la problemática del descarte, tanto en la flota que opera sobre esta pesquería como en la que opera sobre el langostino, especialmente a partir del 1 de octubre cuando la merluza entra en proceso de reclutamiento. Esta nota fue graficada con un video en el que se observa el gran volumen de descarte que se produce.

En referencia a esa nota, el subsecretario Juan Bosch señaló ante al portal Mar y Pesca que “los capitanes representan la máxima autoridad del barco y no puede ser que sigan esquivando el bulto y sigan diciendo siempre que la culpa es de otro, porque eso es no querer asumir la responsabilidad que les toca”.

Siguió diciendo: “Son profesionales, y cualquier profesión tiene su tribunal de disciplina, y es muy importante que ellos lo entiendan y que puedan trabajar también en esta reforma que estamos impulsando con las inspecciones, para un mayor ordenamiento de la actividad, por eso, al capitán que se le comprueba que descartó hay que suspenderle el registro, es más los propios capitanes deberían tomar conciencia y trabajar en eso” y concluyó afirmando que  “los capitanes ya no tendrán más excusas para evadir, estamos haciendo grandes cambios y justamente  será para un mayor compromiso y seguimiento de la actividad”.

Ante el escándalo que representa un barco tirando miles de kilos de pescado al agua, el Subsecretario de Pesca, lejos de arbitrar los medios para que deje de suceder y asumir las responsabilidades del rol para el que fue designado, elige delegar las funciones del Estado en los capitanes. Como en un ejercicio psicológico de transferencia, actúa exactamente igual que como según él, lo hacen los capitanes, “esquivando el bulto y diciendo siempre que la culpa es de otro”.

El Subsecretario de Pesca está en conocimiento, porque así lo hicieron saber las investigadoras del INIDEP en los informes de merluza de los últimos dos años, que el bycatchy los descartes aumentan de forma considerable a partir del 1 de octubre en la pesquería de langostino que opera dentro del Área de Veda Permanente de Merluza para la protección de juveniles y reproductores. Sin embargo ha permitido que la temporada se extienda hasta mediados de noviembre, a pedido de los empresarios más importantes del sector.

Desde que asumió no ha controlado el uso de artes selectivas, permitiendo que los barcos descarten mucho más allá de lo recomendable; y ha permitido el constante despacho de buques sin inspector u observador a bordo, dejando a criterio del capitán la administración sustentable de los recursos.

La flota fresquera no tiene cobertura de observadores en la pesquería de langostino. Unos 200 barcos fresqueros operan en la zona de veda, de los cuales 60 son de altura. A los biólogos se les hace imposible embarcar observadores, a pesar de cumplir con todos los protocolos, porque desde la administración nacional nunca son autorizados a tiempo para zarpar.

El Subsecretario desarmó el cuerpo de inspectores con el que contaba la Dirección de Pesca. Se dijo en su momento que era un trabajo de “limpieza” pero nunca se los reemplazó por otras personas y desde entonces los barcos son despachados sin observador ni inspector a pesar de no estar ello permitido. Tampoco se puso en marcha el proyecto de vigilancia con cámaras que comenzó a desarrollarse durante el gobierno anterior y que este desarticuló por completo.

Tener un cuerpo de observadores que cubran la mayor cantidad posible de barcos en todas las pesquerías, pero especialmente en las que requieren un manejo dinámico o tienen algún grado de riesgo, es una de las obligaciones del Subsecretario de Pesca. Contar con un cuerpo de inspectores que controlen a bordo el cumplimiento de todas las normas o contar con un equipo inteligente de vigilancia a través de cámaras, son obligaciones básicas de un administrador de recursos, que es lo que debiera ser Bosch.

Respetar las recomendaciones científicas es el único camino conocido para desarrollar las pesquerías de forma sustentable y así fue entendido por quienes redactaron la Ley Federal de Pesca. Actuar de forma contraria por acción u omisión de las recomendaciones realizadas, implica un grave incumplimiento de las funciones para las que fue designado un Subsecretario de Pesca.

Si se cuenta con un cuerpo de observadores e inspectores (o cámaras) capaces de brindar datos que ayuden a monitorear el área de pesca, se puede retirar la flota de una zona con alto nivel de bycatch de forma rápida y efectiva. Si se toman en cuenta las recomendaciones científicas además, se puede regular la actividad de forma definitiva evitando una fuerte presión pesquera sobre reproductores dentro de la zona de veda en épocas de desove.

Debe tenerse en cuenta, además, que desde la llegada de Juan Bosch a la Subsecretaría de Pesca la presión pesquera sobre el langostino ha crecido de forma descontrolada. En 2011 operaron sobre el recurso 144 barcos y en la última temporada fueron 302; en septiembre operaron 32 barcos más que el mismo mes de 2017. El crecimiento del esfuerzo pesquero no solo afecta a la merluza sino también al langostino, según se lo advirtieron los investigadores del INIDEP en los informes de los últimos dos años, que el Subsecretario tampoco tuvo en cuenta.

El aumento constante del esfuerzo aplicado en las últimas temporadas de pesca “puede traer aparejado una sobrepesca del reclutamiento, en donde la cantidad de adultos reproductores que sobrevivieron a la pesca no es la suficiente para mantener los niveles de biomasa observados en las temporadas anteriores”, le advirtieron en más de una oportunidad a la Autoridad de Aplicación desde el INIDEP. Sin embargo sigue incesante el ingreso de barcos a la pesquería, incluso de forma absolutamente ilegal. (Ver Informe final del INIDEP de la temporada 2018 de langostino).

Es evidente que las responsabilidades del subsecretario Juan Bosch en el aumento del descarte, el bycatch y la sobreexplotación de los recursos, excede ampliamente a las de los capitanes. Esto sucede con la merluza, con el langostino, con el abadejo, la vieira y todas las especies en las que ha interactuado. Incluso con las rayas, permitiendo junto a Tomás Gerpe en su momento, pescarlas de forma indiscriminada, teniendo luego que labrar más de 400 actas que desde hace tres años descansan en el despacho de la Subsecretaría sin ser ejecutadas.

Si se sometiera a Juan Bosch a “un tribunal de disciplina” debería dar muchas explicaciones, pero no sucederá porque sus superiores desconocen el sector pesquero y no tienen ningún interés en conocerlo. Y por otra parte el sector empresario ha decidido no cuestionar al funcionario que desde su llegada ha actuado a demanda de sus pedidos y deseos.

Obtenido de revistapuerto.com.ar

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