«Encaramos una inversión así porque hay una familia detrás»
César Cicciotti es la cara visible de la sociedad Ritorno Salustio Cicciotti SA, una empresa familiar que hace casi cincuenta años opera en el puerto de Mar del Plata. La empresa acaba de anunciar la puesta de quilla de una nueva embarcación bajo la nave principal de Astillero Contessi.
“Vamos a reemplazar al Tesón, un fresquero de 25 metros construido en Contessi en 1989, por otro fresquero merlucero de doble cubierta y 26,80 metros de eslora”, cuenta Cesarino en su oficina en una zona residencial próxima al puerto de Mar del Plata.
Niño Jesús de Praga, así se llamará el nuevo buque, “por elección de las dueñas”, aclara el armador en relación a su señora y su cuñada. Es el primero cuya orden de construcción surge a partir del Decreto 145/19 de modernización de flota que firmó el presidente Mauricio Macri.
“El Tesón esta impecable, hicimos la renovación de certificados esta semana (por la que pasó) lo mismo que el Belvedere que es de 1994 y el Padre Pío de 2010. Este proyecto venía de antes, hicimos algunas compras el año pasado de motores y salió el decreto y lo pudimos hacer”, cuenta el armador.
El Banco BICE otorgó un crédito de casi 2 millones de dólares y el resto lo aporta la propia empresa para redondear un presupuesto estimado de 3 millones de dólares. “En agosto/septiembre creemos que estará listo. Podremos aprovechar los beneficios que otorga el decreto para ampliar el poder de captura de merluza y también de especies excedentarias”.
La relación armador-astillero data de hace casi los mismos años que tiene la empresa. “El 12 de octubre de 1971 mi suegro, Pino Ritorno, botaba el Unión l. Unos meses antes junto con Federico Contessi vieron la quilla de lo que sería el barco. Pasó todo este tiempo y ahora están mis hijos y Leandro, el nieto de Federico, viendo la quilla del Niño Jesús de Praga. Hay una prolongación de la amistad, de la confianza, en las nuevas generaciones”, dice Cicciotti.
Detrás de César asoma la nueva generación: José Augusto, Federico, Sebastián y Franco, hijos y sobrinos; hermanos y primos que empujan para seguir el legado del abuelo Pino. “Esto del nuevo barco lo encaro simplemente porque somos una empresa familiar, en la que no estoy retirado pero en vías de hacerlo. Tener esta nueva generación empuja y si yo amo lo que hago, ellos aman lo que hacen mucho más. Entre los cuatro suman 120 años y tienen una fuerza tremenda y me la dan para animarme a encarar este proyecto”
Ninguno de los tres buques cuenta con permiso para pescar langostino y por ahora descartan alguna reformulación. “Son días difíciles. Hemos pescado menos merluza que el año pasado porque tuvimos varios días parados los barcos. Fueron cincuenta y siete días el Tesón, el Belvedere estuvo sin pescar hasta el 12 de abril por reparaciones y al Padre Pío lo tuvimos más de diez días por un cambio de motor”.
De todos modos la falta de regularidad en la operatoria de la flota no es la única preocupación para Cicciotti, tampoco las irregularidades que muestra el precio de la merluza a partir de la presencia o no de la totalidad de la flota operando sobre el recurso.
“Varias veces el barco entra y queda cargado varios días porque no hay quien reprocese el pescado. La dinámica de la pesca no es fácil y la industria está preparada para una cosa pero cuando hay más pescado no hay ventas. Es lógico que nadie quiera tener más personal porque implica problemas”, reconoce el armador.
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